de la noche desierta y misteriosa
canta con una voz de una hermosura
que revela su ser a casa cosa,
al escuchar la voz maravillosa
el mármol siente que su entraña es dura,
la rosa empieza conocer que es rosa
y la noche recuerda que es oscura.
Es como si del fondo de su llanto
el universo con amor oyera,
despierto al fin por el inmenso canto;
Se conmoviera con la voz, abriera
los pobres ojos que lloraron tanto
y por primera vez se comprendiera.
Francisco Luis Bernardez
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